En este genial librajo, el mismisimo Jesus se sienta a charlar con Rius acerca de las atrocidades que cometen todos los dias quienes de dicen sus representantes. Al final de la documentada perorata -repleta de chistes crueles, como exige el tema- que le ha asestado, nuestro autor se atreve a hacerle una peticion a tan distinguido interlocutor: Jesus, salvanos de la iglesia!
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.